Ayer cumplieron un año más. En cada mirada envejecen. Se vuelven llama en agonía, tristes va rodando en el calendario.
Fueron víctimas del tiempo. Ese monstruo sediento que no cesa de gastarnos. Pero mi beso se cuelga en las agujas del reloj. Se aferra a la idea de ser génesis en tus labios cada mañana.
En la ventana deje unos versos de Benedetti, como señuelo. Para ver si te asomas a leer. Para ver si me lanzó al abismo de tu boca. Para ver si puedo sembrar con besos nuevos nuestra historia.
El miércoles tal vez vengas a verme y a repartir las cartas, las tendré marcadas con poesía. Porque necesito hacerte trampas. Porque necesito rejuvenecer nuestros besos.
Suculento! ��
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