Abarcas cada línea de recuerdos, agotas las palabras, y estoy tratando de hallar la forma de establecer un vínculo; entre tu piel de alcanfor, entre tus ojos de ensueño y estas comas y puntos.
Siempre quise escribirte un poema, ponerlo en tus manos y sentir que el alma se llena de tu aroma.
Pero no supe escribirte, me atrapó tu mirada, tu voz de niña, tus juegos cotidianos y tus incertidumbres.
Ahora se que jamás te tendré, no pude atraparte en un verso. Tan solo te dije: "Un poema no es de quien lo escribe, sino de quien lo inspira".
Y el poema surgió después..😦😦 la musa siempre vivirá en el recuerdo de quien la ama..
ResponderBorrarNo se sabe si en el principio era el sujeto o el predicado. Y las musas son tan caprichosas, a veces vienen y a veces se van sin siquiera llegar.
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