Cuando en las noches te haga falta un abrigo, cuando los silencios se manifiesten en suspiros ahogados.
Te dejo un poema y mi piel en tu alcoba, entre sabanas y flores, junto al cenicero y el humo de bocas ajenas.
Te dejo un poema mal escrito con lagrimas y sudor, con letargos y ausencias regadas en los pasillos.
Te dejo un poema cuando extrañes las tardes de Enero y las miradas de aquel Octubre frio y lejano.
Te dejo un poema entre mis pasos, entre tus postales de risas, entre las canciones y las paginas amarillas.
Te dejo un poema triste y lleno de anhelos, con caricias amotinadas en las manos y besos marchitos en los labios.
Te dejo un poema para mañana, cuando despiertes e inundes de razones las aceras entre montañas.
Te dejo un poema mientras duermes y tus sueños me buscan con hambre de matar...
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