Cruelmente nos convertimos en un mundo de sombras; estamos constantemente buscando agradar con mentiras, fingiendo la aprobación ajena; vemos los vicios ser tolerados a plenitud y las virtudes ser exageradas. Siempre estamos pendientes de proteger nuestra glotonería de placeres taciturnos, acumulando más y más saliva entre las palabras. Proyectamos un mundo que no existe, destruyendo todo lo real en favor de las tercas ilusiones; llenamos todos los espacios con estupideces cada vez más perturbantes y desagradables. Aprendimos a deshacer lo aprendido y estamos al borde del sacrificio de la especie, la cual esta llegando al éxtasis de vivir un presente que no es suyo, relegando a puestos de olvido el estudio de nuestras grandes cicatrices y nuestra eterna herida mortal. Aplaudimos la ignoracia, loamos la inferioridad, creyendo que la humanidad debe estar regida por el peso de la comprensión natural de las desgracias colectivas, sumergiendo en toneladas ...
"Un espacio donde juegan los seres que no lastiman"