De este silencio angustioso, de estos pasos sin destino, de este letargo de años amargos e impropios. De este viaje a los cementerios, de estos dos que fueron tormenta. Del vinagre y las canciones, de las caricias y los parques. De las noches y las camas, de los otoños y las manos; de las palabras y los rincones. De los ceniceros obesos y las cigüeñas con prisas. De las miradas discretas y los portones con letreros "Cuidado; perro bravo". De las cicatrices de la memoria y los deseos nocturnos. Del frío de los inviernos; de los recuerdos equivocados y las partituras fúnebres. Escapar a toda marcha, sin besos de despedida. Sin despueses, ni regresos.
"Un espacio donde juegan los seres que no lastiman"