Deambular la noche, escribir con sangre en los cuadernos del pasado, buscar argumentos, matar al impostor. Alcanzar viejos sueños, atrapar una mariposa, construir nuevos puentes, sentenciar la madrugada a olvidar tu nombre. Leer las cartas y quemarlas despacio, borrar las galerias, morderse los labios, elegir otro cielo, llover la noche; quedarse callado. Salirse de uno, perderse en calles remotas y callejones oscuros, alzar la copa, decir mentiras con ternura. Prometer silencios, escribir poemas, dormir cuando no se pueda mirar atrás; ir a los despachos y las reuniones vestido de cicatrices frescas. Contaminar las miradas, abonar con lágrimas el mar, licenciar el deseo, condenar la pasión, matar -de nuevo- al impostor.
"Un espacio donde juegan los seres que no lastiman"